El Papa comparte, además de la oración escrita con su puño y letra, una enriquecedora y familiar plática llena de anécdotas de su niñez, consejos para llevar una vida digna ante los ojos de Dios y sus profundas reflexiones sobre la paternidad, la gracia, el perdón y el mal.
Rezar el Padre nuestro es hablar con Dios, es el llamado que Jesús mismo dio a sus discípulos cuando le pidieron: «Enséñanos a orar».
«Se necesita valor para orar a nuestro Padre. Yo mismo le digo 'papá', y creo firmemente que Dios es el Padre que me acompaña, me perdona, me da el pan y está atento a mis palabras».
-Papa Francisco