Montmartre, uno de los gérmenes del mito parisino, siempre ha destacado. Bohemios, revolucionarios, artistas, bailarinas del cancán y mártires decapitados forjaron su historia y los vestigios del pueblo original siguen presentes. Coronado por las blancas cúpulas del Sacré-Coeur, aunque terrenal en la zona de tolerancia de Pigalle, ha sobrellevado continuos contrastes y conflictos. Una base ideal, Montmartre cuenta con abundantes puntos de interés y establecimientos donde comer, comprar y divertirse. La mayoría de los visitantes pasan al menos medio día explorando las callejuelas que bajan en todas direcciones desde la cima, con vistas impresionantes de la ciudad. Si las aglomeraciones se hacen excesivas, hay calles poco visitadas para recorrer en la parte trasera de la Butte (nombre con el que se conoce a la colina) y museos excelentes y poco conocidos al suroeste.
• Subir las escaleras de la Basilique du Sacré-Coeur para disfrutar de una vista panorámica en el exterior y un brillante mosaico en el interior.
• Disfrutar de una actuación o exposición en el Parc de la Villette, el parque cultural más grande de la ciudad o llevar a los niños al excelente museo de la ciencia.
• Regresar a la opulencia del s. XIX en el elegante Musée Jaquemart.
Incluye: Puntos de interés, Dónde comer, Dónde beber y vida nocturna, Ocio, De compras.