Paraquaria tiene varios escenarios como telón de fondo: el siglo XVII, con Zuberoa en pie, alterada por una rebelión campesina encabezada por Matalaz, párroco de Mithikile, en defensa de la propiedad de la tierra y el mantenimiento del Fuero y la lejana república de Paraquaria, misión de los jesuitas en el corazón de América del Sur. Y la llanada alavesa y el castillo de Alegría de Dulantzi, en el S. XVIII, al final de la guerra de la Convención. Los personajes que en ella concurren viven apasionadas historias de amor y desamor, vibrantes momentos de tensión y padecen crispados y ancestrales odios, tratando de resolver sus conflictos personales mientras el país de los vascos, convulsionado y desgarrado por las contiendas, trata de recuperar el ritmo de su vida civil.