Gonzalo Bonadeo, uno de los mayores referentes del periodismo deportivo argentino e ícono de la cobertura de los juegos olímpicos desde hace casi tres décadas, entrevera las mejores historias de un siglo de competencias con el intensísimo día a día de Río de Janeiro 2016. Incluye un prólogo a cargo de la Peque Pareto y una coda personal, palpitando Tokio 2021, que reflexiona sobre el largo y conflictivo año, el de la pandemia, que lo precede.
Yendo y viniendo del frondoso archivo histórico a las extraordinarias aventuras que le tocó vivir en Río de Janeiro en 2016, Gonzalo Bonadeo nos zambulle una vez más en el apasionante mundo de los Juegos Olímpicos. Con un espectacular anecdotario personal e infinidad de historias nuevas, Gonzalo -el mayor referente de esta competencia dentro del periodismo argentino- aporta una mirada íntima y reflexiva, propia de un conocedor obsesivo que siempre está abierto al asombro.
La cábala sexual del saltador que sorprendió al mundo; el italiano que perdió la maratón más recordada escoltado por el autor de Sherlock Holmes; los oscuros episodios de racismo y antisemitismo de principios del siglo XX; la ambigua genitalidad de una atleta única; el Black Power y su "hermano blanco"; los atentados (y lo que nadie recuerda) de Múnich; el encanto de Nadia Comaneci -primer amor de Gonzalo- y su traumático después; el pentatleta más tramposo de la historia; los boicots y contraboicots de los 80; los 100 metros más famosos; la nadadora que se metió donde no debía; los increíbles récords de Phelps y Bolt; las hazañas de argentinos que supieron colgarse una medalla pero también las pequeñas grandes victorias de nuestros deportistas que jamás subieron al podio.
Un maratónico viaje que complementa su primer Pasión olímpica, haciendo pie en la intensa experiencia brasileña, mientras despide con genuina emotividad al gran Braian Toledo y vuelve sobre el conflictivo escenario previo a Tokio 2021, un año largo y decididamente inusual.
«No es difícil decir algo sobre Gonzalo. Bonadeo es sinónimo de Juegos Olímpicos y con su profesionalismo, compromiso y apoyo incondicional, ¡nuestro esfuerzo y medallas toman más valor!
¡Eternamente gracias!».
Hugo Conte
«Con Gonzalo compartimos la misma pasión por el deporte olímpico. Una vez se animó a ponerse el judogui y tomar una clase en la que incluso se dejó tirar... Es por estas cosas que lo consideramos un gran referente del amateurismo y de los Juegos Olímpicos».
Del prólogo de Paula "La Peque" Pareto