Si lo que se quiere es ver imponentes ruinas antiguas o adentrarse en vastas soledades, esta pedregosa y apartada región iguala a otras zonas más conocidas de Perú en esas y otras materias, solo que con ausencia casi total de viajeros.
• Pasmarse ante formaciones rocosas de inquietantes semblanzas en elSantuario Nacional de Huayllay.
• Mapas.
• Disfrutar de la vida rural de antaño en alguna hacienda colonial de Tarma.
• Transporte.
• Admirar 25 000 libros de la época colonial en el convento deSanta Rosa de Ocopaal lado de Concepción.
• Restaurantes y alojamiento.
Incluye: Canta y Obrajillo, Huánuco, La Unión, Tingo María, Tarma, Huancayo, Huancavelica, Ayacucho, Andahuaylas.