Una crónica brillante sobre la intriga política que
envolvió la tramitación de la polémica ley de pesca
La tramitación de la ley de pesca y la gestión de Pablo Longueira como ministro de economía de Sebastián Piñera fueron vistas, en su momento, como el cumplimiento de un viejo anhelo de la derecha. Dos antiguos adversarios deponían sus querellas por un objetivo superior, lo que representaba un sueño hecho realidad, de mayor envergadura que la conquista del poder por el voto. Pero ¿y si la ley de pesca no hubiese sido el fin de la guerra sino su prolongación por otros medios? ¿Si en vez de un símbolo de la paz hubiese sido, en realidad, la batalla final por el liderazgo de la derecha? Bajo esta interpretación Longueira habría entrado al
ministerio sin sospechar que estaba cayendo en una trampa. Convencido de que iniciaba su camino hacia La Moneda, desplegó su energía y su capital político en sacar adelante el proyecto de ley.