Un bus que transporta mineros, cesantes, videntes, turistas e inmigrantes, atraviesa la carretera
Panamericana con dirección al norte de Chile, pero durante el viaje se cruza con un frente de mal tiempo
que pone en jaque su llegada a destino.
Con una prosa seca y precisa, Carlos Araya Díaz desarrolla un relato que explora en el tiempo, la geografía y las contradicciones del Chile contemporáneo. Un mosaico construido a través de las voces de dos tripulantes y sesenta pasajeros que sueñan con los espejismos del desierto.