Desde la Transición, tanto el PSOE como el PP han priorizado sus intereses partidistas y evitado tomar conciencia de la importancia clave que tienen las lenguas para la convivencia en España. Al mismo tiempo, los gobiernos auto-nómicos nacionalistas han aprovechado todos los recursos políticos a su alcan-ce para aprobar normativas que no han sido más que un intento de imponer el monolingüismo en sus comunidades.
Este libro aboga por promulgar una ley que considere a todas las lenguas como lenguas del Estado y deje de lado propuestas que sólo pretenden defender a una de ellas. Un proyecto global y ecuánime que comprenda a todas las len-guas oficiales y sus hablantes y, lo más importante, que tenga una firme y clara voluntad de inclusión. Con ese fin, pone sobre la mesa varios ejes a partir de los cuales sea posible superar las limitaciones y los malentendidos que, desde la recuperación de la democracia, el plurilingüismo ha provocado en nuestro país.