"Lo que nos espera, incluso en los próximos meses, es incierto. Pero es un hecho que el curso que siga nuestro sistema de vida dependerá de cuanto estemos dispuestos a aprender como humanidad a nivel personal, comunitario, político, económico y global. De cómo logremos adaptarnos a lo que ya ocurrió, para transformar el caos que se generó por nuestro modelo de vida, modernidad y supuesta evolución, dependerá cómo podremos sobrellevar todo lo que el virus puso al descubierto: las heridas, las escisiones y los desequilibrios, y así comenzar a sanar".