La novela icónica de Andrés Caicedo.
Esta novela es un manuscrito de las memorias que ha terminado María del
Carmen Huerta, una adolescente burguesa, miembro de la juventud perdida
de Cali. Su monólogo, que tiene el ritmo vertiginoso de una catarata
desbordada, es cómico, triste, delirante y tiene una fiebre de 103
grados.