Maribel, madre de Renata, quiere que su hija sea alguien importante en la vida. Por eso la inscribe en cuantas actividades extraescolares considera fundamentales para su formación: solfeo, piano, inglés, ballet… Renata está tan ocupada que apenas tiene tiempo de jugar con sus amigos, y especialmente con Loles, una niña que Maribel no ve con buenos ojos y de la que intenta apartar a su hija para que no pierda el tiempo jugando. Cuando Renata empieza a hacer papiroflexia por las noches, sonámbula, sus padres la llevarán al psicólogo. Resulta que la niña hace por la noche lo que no puede por el día: jugar. Maribel tendrá entonces una reveladora conversación con el padre de Loles, y se dará cuenta de lo realmente importante que es jugar en la infancia. Decidirá recuperar el tiempo perdido y, además, darle a Renata un hermanito con el que pueda compartir sus juegos.