A lo largo de los siglos XVI y XVII emergen varias generaciones de beatas y monjas en la Cataluña del Barroco que se mueven entre los complicados pliegues de las relaciones Iglesia-Estado, entre la disciplina conventual y las expectativas del imaginario místico, conjugando
el discurso intelectual y el frenesí emocional, los proyectos de reforma hacia dentro y hacia fuera, la introspección personal y la proyección fundacional. En este libro se analiza la singular dialéctica entre las razones sociales y culturales que explican la vida religiosa de estas mujeres y el flujo
de emociones que las caracterizan, desde la melancolía a la ansiedad ante los retos del más allá. Por estas páginas desfilan una serie de religiosas representantes de la espiritualidad barroca, con perfiles biográficos apasionantes, que desarrollaron sus
trayectorias vitales desde las primeras décadas del siglo XVI,
con la influencia de Ignacio de Loyola en Cataluña,
hasta finales del siglo XVII, con la incidencia
del quietismo molinosista.