Bernardo Sepúlveda nos recuerda que "por circunstancia política, necesidad o conveniencia, durante los siglos XIX y XX la diplomacia mexicana se enriqueció con las contribuciones de prominentes intelectuales que encontraron, en el servicio exterior, un espacio propicio para el ejercicio de su vocación original". Así Alfonso Reyes, como se demuestra en esta antología.