Pese a tratarse de una de las regiones más pobres de Europa, el norte de Bulgaria es un destino muy gratificante. Paisajes de montaña vírgenes, indómitas reservas naturales y apacibles monasterios aguardan a que el viajero los descubra. El imponente Danubio resplandece a lo largo de gran parte de la frontera con Rumanía, y la ciudad ribereña de Ruse, célebre por su arquitectura de estilo vienés, es la puerta de entrada a Bucarest.
• Alucinar ante las rocas de Belogradchik.
• Mapas.
• Visitar la tumba tracia de Sveshtari, obra funeraria perfectamente conservada.
• Transporte.
• Pasear por los parques y jardines de Ruse, a orillas del Danubio, la ciudad búlgara más elegante.
• Restaurantes y alojamiento.
Incluye: Vratsa y alrededores, Chiprovtsi, Belogradchik, Ruse, Parque Natural de Rusenski Lom, Lago Srebârna y alrededores, Silistra.