La enfermedad trae un mensaje y el camino a la sanación solo puede transitarse a través del trabajo interior: es a partir del reconocimiento, de la inclusión y de la honra cómo los Órdenes en el alma se recuperan y la sanación comienza a suceder. Las constelaciones familiares son una herramienta valiosa, un método que posibilita un cambio de visión sobre nosotros mismos y nuestra vida.
El cuerpo es el lugar en el que vive nuestra historia: es el resultado de todas las experiencias, emociones, traumas y dolores atravesados a lo largo de nuestra vida desde que nacimos, los que recordamos y los que no, pero también nos habita la historia que nuestros ancestros han vivido a lo largo de las generaciones. Llevamos el rastro de ese recorrido y, aunque no lo sepamos, todo aquello nos acompaña, nos condiciona, nos determina en silencio, en nuestro interior. Y nuestro cuerpo va a denunciar cómo ha sido y cómo es nuestra vida, cómo la vivimos, lo que hemos hecho con ella y lo que no hemos podido hacer; como así también parte de sus memorias.