Satori
nombre, del japonés
Instante de conciencia súbita o de iluminación individual. Primer paso hacia el nirvana.
Transcurre el otoño de 1951 y la guerra de Corea está en pleno apogeo. Nicholai Hel, de veintiséis años, ha pasado los tres últimos en prisión incomunicada, a manos de los americanos. Él es maestro de la hoda korosu o «matanza sin armas», habla fluidamente varios idiomas y ha afinado su extraordinaria «sensación de proximidad», conciencia adicional ante una presencia peligrosa. Posee las aptitudes para convertirse en el asesino más temible del mundo y en este preciso momento la CIA lo necesita. Los americanos le ofrecen la libertad a cambio de un modesto servicio: trasladarse a Pekín y asesinar al delegado de la Unión Soviética en China.
Evidentemente, se trata de una misión suicida, pero Hel acepta, por lo que tendrá que sobrevivir al caos, la violencia, las sospechas y las traiciones mientras se esfuerza por alcanzar el objetivo final del satori: la posibilidad de la comprensión verdadera y la armonía con el Universo.