Once cuentos sobre fútbol, amor, odio al trabajo... todos con muchísimo
humor (judío).
Sebastián Wainraich nos reconcilia con aquella idea original de la
literatura, contar buenas historias. Y, como si fuera poco, lo hace con
mucho, muchísimo humor. «Ser feliz me da vergüenza» es, sin dudas, el
regreso del humor en la literatura. Como siempre, el protagonista de sus
relatos, el narrador, es su alter ego. Allí lo encontramos entre los
hinchas de Atlanta, en Villa Crespo, acompañando a su tía Marta a los
velorios, conduciendo importantes eventos sociales solo porque es
famoso, fracasando una y otra vez en el amor, entre tantas otras
historias que recorre este libro.