«Bashevis comienza esta novela con una ironía desconcertante: "Yo fui educado en tres lenguas muertas: hebreo, arameo y yiddish". Esta irónica oración funciona como una invocación de los muertos que hablaron yiddish en Polonia. Nos invita a una sesión espiritista para escuchar sus voces; Shosha es un hechizo más que una novela»
The Guardian
A decir del propio autor, este "es un relato en el que se presentan unos cuantos personajes singulares en circunstancias singulares". Uno de ellos es Tsutsik, quien está ligado sentimentalmente a cuatro mujeres: Betty, una talentosa actriz; Celia, una mujer casada y adinerada; Tekla, la muchacha campesina que asea su departamento; y Dora, la marxista, un peligro y una antigua pasión. Hasta que un día se reencuentra con su compañera de juegos de infancia, Shosha, una joven aún inocente que lo regresa a su pasado.