El abuso sutil es casi invisible: duele mucho y es difícil de identificar. Se esconde en tratos incómodos, palabras hirientes, bromas innecesarias y otros detalles que intoxican una relación.
Es un gran hombre, siempre se preocupa por mí; aunque hay cosas que no me hacen sentir bien, sé que las hace porque me quiere. Es encantador, aunque siempre critica mi forma de vestir. Es buen padre y los niños lo adoran, pero a menudo me hacer quedar mal frente a ellos.
La reconocida psicoterapeuta Avery Neal, quien padeció este maltrato, desarrolló un método para detectarlo, superarlo y enseñar a nuestras hijas a elegir un camino libre de abuso.
Esta es tu oportunidad de cambiar la historia y detener el daño.