Stephen Hawking ha sido uno de los científicos más brillantes del siglo xx y el que mejor entendió el universo. Padeció una grave enfermedad que le dejó inmovilizado y siguió estudiando, tuvo hijos, participó en películas, escribió libros extraordinarios e incluso viajó al espacio con su silla de ruedas. Era todo un genio pero, sobre todo, un hombre con unas ganas enormes de aprender y de vivir.