Para convertirse en ninja se requiere de concentración, coraje, y decencia. Yo no tengo nada de eso. Y soy el mejor
Cuenta la leyenda, que más allá de los pantanos de la perdición, cruzando los volcanes del infierno, doblando a la izquierda del puesto de rosquillas, se encontraba el templo de Mashu-kón, un lugar siniestro y rudo donde se entrenaba a los ninjas más letales de todo el planeta.
Su sensei, el Gran Jefe Combos, tenía la fama de ser indestructible y eterno, y su apariencia era un misterio. Esta es la historia de uno de sus alumnos menos aventajados# ¡el Ninja Kururo!, un amante de los videojuegos, de las siestas y de la insurrección; un negligente sin habilidades ni disciplina, un bueno para nada que sin embargo pasará a la historia. (Este soy yo, ehem, ehem. ¡Lean y descubran por qué soy tan grandioso!).