Te lo debes a ti
No sé en qué momento la poesía tocó a mi puerta. Supongo que, como todo lo bonito, no avisa. Así que solo sé que tuve que dejarla entrar. A lo largo de estas páginas, se encarnan procesos propios y ajenos. La intensidad del sentir, la apreciación de todos esos pequeños momentos de la vida que vemos, pero no miramos, las veces que lloramos y son las líneas las que nos abrazan. El camino hacia la ataraxia aceptando la no-linealidad del alma. Un soplo que espero que para ti también sea oxígeno.