Con motivo del centenario del nacimiento de Arthur Miller, reunimos en un volumen las cinco piezas teatrales más importantes del dramaturgo:
Todos eran mis hijos (1947),
Muerte de un viajante (1949),
Las brujas de Salem (1952),
Panorama desde el puente (1955) y
Después de la caída (1964). En las obras que integran este volumen, Miller abordó las conflictivas relaciones entre padres e hijos, y entre maridos y mujeres, así como la necesidad de vivir según unos principios morales y de asumir la responsabilidad social e individual que a cada hombre le toca, y en todas ellas supo reflejar las frustraciones de la sociedad contemporánea.