Unos grabados rupestres medievales conducen a un sorprendente hallazgo en Tenocarle, con un dramático desenlace.
Benjamín, paleontólogo, adquiere Tenocarle, una ruinosa masía situada en el interior de Castellón, en un apartado lugar donde la naturaleza clama por sí misma. Desde el principio, se establece un vínculo entre ese lugar y Ben, superior al que le ha unido a sus tres mujeres principales. En plena tarea de acondicionamiento, la adoración que siente por ese pedazo de paisaje lleno de encinas, olmos, chopos y rocas le lleva a recordar su infatigable búsqueda del amor, reviviendo diversas aventuras eróticas. De la mano de su colega y amigo arqueólogo, Carlos, realizarán un inesperado hallazgo arqueológico debajo de la chimenea de Tenocarle que les reportará una desgracia inminente.