¿Quién comete el asesinato de un hombre que se mata? Con esta pregunta, digna de una novela de detectives, arranca la investigación del autor sobre el suicidio de su hermano. Una investigación que lo llevará a retrazar la historia del siglo xx y lo abocará a huir de París, "la ciudad del Oeste", a Berlín, "la ciudad del Este". Pero en lugar de escribir una autobiografía, Camille de Toledo se sumerge en sus archivos, un núcleo de recuerdos traumáticos que marcaron a su familia. El libro, que en un aliento vertiginoso oscila entre el yo y el él, nos permite meternos en la piel de un narrador de la antigüedad: un Teseo moderno, del siglo XXI. El intento de entender qué mató a su hermano Jérôme se convierte así en una furiosa indagación que trata de "mirar al Minotauro a la cara", ese Monstruo de la Historia que devora nuestras fuerzas. ¿De qué manera los años del crecimiento económico, la edad de oro de la industria y de la reconstrucción tras la derrota de Alemania en 1945, han velado todos los miedos que surgieron de los años de guerra? ¿Qué permanece en nuestros cuerpos de estos traumas de tan larga duración? ¿Por qué razón, con la crisis petrolera de 1973, resurgen todas las fragilidades del pasado? De Toledo es un nombre que el autor tomó de una de sus abuelas, un nombre que lleva la marca del marranismo. Tras ser expulsados de España, sus antepasados se instalaron en Turquía y luego regresaron a Francia. Ahí es donde el escritor se enfrenta a los mapas de su genealogía, y donde se sirve de ella para repensar la identidad, convirtiendo el problema marrano en el corazón de la experiencia europea, y develando toda una serie de elementos vertiginosos que le sirven para comprender de qué manera los traumas de la Historia afectan a nuestros cuerpos.