Un lunes de buena mañana, el gran Protestón aparca su furgoneta delante de una casa coqueta. Trae consigo un paquetito, un paquetito con un lazo bonito. El gran Protestón toca al timbre, aunque no lo suficientemente fuerte: nadie lo oye, es evidente. Pasan los minutos y, entonces, empieza a llover a cántaros. ¡Que peligro! La paciencia no es, precisamente, una de las virtudes de nuestro amigo Protestón y, si se enfada, ¡puede causar una enorme devastación!
Un álbum ilustrado con un simpático monstruo que representa la impaciencia, que crece, se dispara y acaba siendo destructiva. En un mundo en el que pequeños y grandes vivimos a una velocidad frenetica y acostumbrados a la inmediatez, esta divertida historia nos recuerda que esperar puede traernos sorpresas y encuentros inesperados y que cada persona hace las cosas a su ritmo.
Un cuento que divertirá y encandilará a niños y adultos por igual.