En ciertos momentos las mujeres no somos las mujeres. Somos una mujer, ésta que está aquí delante, única, precisa, con un cúmulo de sangre u vísceras y piel y razones tan legítimas como voraces?.
En esta novela, Aurora narra su vida íntima: la de los detalles hogareños donde la frialdad de la madre, el cariño del padre y su despertar de niña a mujer irán perfilando una trayectoria desde la pequeñita que aprende a distinguir entre papá y mamá hasta la mujer en madurez total que ha pasado la vida entre matrimonios y amantes buscando, además del amor, sentirse acompañada y comprendida.
En su camino descubrirá el mundo de cuatro paredes elegido por su madre, el amor generoso de su padre, el código afectivo de los hombres, pero especialmente, la incapacidad de todos para comunicarse. Terminará por darse cuenta de que el amor nunca es un Edén, pues también alberga el limbo y el infierno; es un eterno y cambiante campo de batalla. Luego de experimentar en carne propia toda clase de alegrías y desengaños, Aurora entenderá que: "En realidad, basta saber que hay un momento en que un solo hombre puede ser todos los hombres."