Trini tiene claro cuál es su tipo de chico ideal: le encantan los chicos estudiosos, tímidos y con sonrisa comedida…
Así piensa que es Calvin, hasta que coinciden haciendo un trabajo juntos y descubre que es un bocazas, testarudo, borde y un egocéntrico que no se calla lo que piensa… Como ella, claro está.
Trini y Calvin son dos trenes que no dejan de chocar y, aunque dicen que los iguales se repelen ellos no hacen más que acercarse, por mucho que ambos lo nieguen y digan el uno del otro que les atrae nada de nada…
Y es que, hay veces que, ni nosotros mismos entendemos por qué el destino nos lleva hacia una dirección que no hemos decidido seguir.