Para los juicios convencionales, López Velarde es el cantor de la provincia y de la “íntima tristeza reaccionaria”; Pellicer, el cantor del trópico y “las manos llenas de color”; Ponce, un sacerdote que hacía versos. Pero hay que verlos como miembros de una tribu cuyo contexto se perdió: los poetas y artistas que creyeron posible ser católicos y modernos.
El sueño de crear una cultura católica moderna fracasó hasta el punto de que ni siquiera es historiado, de que la tradición crítica recibida no tiene una precaución que diga:hay cosas de la cultura mexicana que nunca entenderás, si ignoras que el catolicismo mexicano soñó con la modernidad. De Gabriel Zaid hemos publicado casi todos sus libros en esta colección.