Tomás Felipe Carlovich habita el olimpo mitológico del fútbol argentino. En su sector más exclusivo, junto a Diego, Bochini, Alonso, Houseman y otros pocos superhéroes. Las esquivas estadísticas, los modestos cuadros en que jugó, sus logros deportivos, sin embargo, no colaboran en la confirmación de ese juicio. Pero encarna, de todos modos, un concepto futbolero. Una idea fuerza.
Alejando Caravario emprendió la tarea de reconstruir lo esencial de sus días y desandar los caminos que condujeron al mito que comenzó la noche en que un combinado de Rosario enfrentó al seleccionado argentino que se preparaba para jugar el Mundial del 74. El autor fue testigo privilegiado de las incesantes tertulias del Trinche y sus apóstoles en una vereda en la que a veces el tiempo no transcurre. Salió de gira por los bares rosarinos a escuchar el testimonio de quienes lo vieron jugar y el de aquellos que no lo vieron, pero les contaron. Consultó huidizos archivos, recibió generosas contribuciones de espontáneos historiadores. Habló con compañeros, rivales y entrenadores que compartieron con él el rito de la pelota. Estrellas consagradas mundialmente y anónimos actores de reparto del fútbol chacarero se emocionaron por igual al recordar una jugada, un gesto técnico o una simple mirada del Trinche Carlovich. Y por supuesto, conversó largamente con el Trinche.
Con todo este material, su oficio de periodista y su delicada inspiración de novelista, Alejandro Caravario elaboró esta imperdible biografía que es también un ensayo sobre el destino de los hombres en el planeta Tierra.
Del prólogo de Un Caño