Edward Gibbon —en The History of the Decline and Fall of the Roman Empire, y a propósito de las reacciones de la gente en situaciones de desastre y derrumbe del orden público— escribió lo siguiente: "En vez de la mutua simpatía que conforta y asiste al prójimo en problemas, se experimentan los vicios y pasiones que se desatan cuando se pierde el miedo al castigo y la intrépida avaricia saquea y la venganza aprovecha el momento y escoge a su víctima".
La crisis de la educación, los escándalos de corrupción en la política y el empresariado y la escasa representación de los partidos políticos son algunos de los síntomas que definen estos tiempos convulsos, los que aborda Fernando Villegas en Tsunami. Desde una perspectiva crítica, dispara contra el resentimiento, la flojera, el amiguismo, los chanchullos y la cháchara en un momento que promete cambios fundamentales, pero sin explicar de qué se trata esta transformación ni a dónde se quiere llegar con ella.
Villegas deja al descubierto, con nombres y apellidos, a los actores que han generado la ficción de un gran cambio y explica las triquiñuelas con las que izquierda y derecha —indistintamente— intentan mantenerse en un sitial de poder.
Apoyado en la historia occidental, y tomando ejemplos de la Revolución francesa y el Imperio romano, evidencia que este tsunami es un fenómeno casi natural, que hay que entender y del cual es necesario resguardarse.