La vida no es ficción ni realidad, sino todo lo que hay en medio.
«Una receta deliciosa. Una tierna fábula sobre el amor y el poder de la imaginación para curarnos.»
Laura Harrington
Meg creció en un mundo donde la comida y la fantasía se mezclaban, donde su madre la dejó reposar en la despensa, como si fuera un pan, porque era un bebé muy menudo y tenía que crecer; y utilizaba sus dientes de leche como abrelatas, de lo afilados que eran. Esto es, hasta que Meg cumplió los cinco años y sus compañeros del cole se empezaron a burlar de ella por todas las mentiras que su madre le contaba y que ella se creía...
Ahora, con veintitantos, Meg es una científica, que le ha dado la espalda a la ficción y la fantasía y que deja que la lógica pura dirija su vida, sin concesiones. Sin embargo, cuando la madre de Meg enferma y ella intenta aplicar su forma de hacer las cosas, la madre sigue con sus cuentos, su obsesión por la cocina y rechazando enfrentarse a su enfermedad.
Poco a poco, Meg consigue ir descubriendo la realidad sobre su infancia y se tendrá que enfrentar a una decisión: o bien asumir la dura realidad o rodearse de un mundo maravilloso de mentiras.