Diego y Francisco de Arcos son hermanos y pertenecen a una familia de judíos conversos que han tratado de borrar su origen para evitar ser llevados a la hoguera por el Santo Oficio. Corre el año 1517 y Francisco, el mayor de ellos, decide embarcarse hacia las Indias, donde nadie conoce su pasado. Durante diez años libra las más crudas batallas por la conquista de Cuba, México y Guatemala, aprende a matar sin culpa y sin piedad, conoce la avaricia y se rinde ante el poder que tiene el oro para corromperlo todo.
Una década después regresa a Sevilla y encuentra que su hermano Diego también ha partido hacia las Indias, pero regresa al poco tiempo sin mayores satisfacciones. Juntos planean embarcarse de nuevo, movidos por la ambición de tierras y oro. Su destino ahora es Birú, como se conocía antiguamente al Perú. Llevan a su hermano Juan, que muere rápidamente, y siguen su camino hacia la conquista del sur. En sus travesías logran conseguir fortuna, tierras, indias y esclavos. Diego, además, se hace acreedor de una encomienda heredable a su esposa Catalina y su hija Isabel.
Esta es la historia de dos jóvenes avezados que soñaron con conquistar un nuevo mundo para sí y lo hicieron. Vieron y fueron partícipes de la maldad y la virtud, del dolor y la lujuria, de la codicia, la culpa, el poder y el deseo, de todos los impulsos que movieron a los conquistadores de las Indias para acabar con lo que encontraron a su paso. No en vano decía Hernán Cortés "el oro todo lo puede", para explicar las inefables conductas de los hombres. Una novela fascinante.