En la Francia prebélica de 1938 cuatro titiriteros errantes recorren la Bretaña profunda en una pequeña tartana. El Gran Jérôme, sensible y primitivo, su joven hija, la Colombeta, a la que profesa un amor excesivo, protector, posesivo y carnal; Martín, un mendigo al que recogieron siendo niño y el Tonto "que no tenía nombre, o lo había olvidado" y que mira todo en silencio a través de unos ojos incrustados en su enorme y deformada cabeza.
Una gran urbe cualquiera en la España de 1999. Fin de siglo y de milenio. Emma, una mujer tradicional que un día, de pronto, decide correr tras su pasado, busca un hijo que tuvo hace cuarenta y dos años y del que la separaron cuando nació. Va tras su historia perdida antes de que la enfermedad que padece aniquile su memoria y sea demasiado tarde. Lobo, un joven desarraigado, desencantado y en crisis se presta a ayudarla porque no tiene nada mejor que hacer y necesita algo que justifique su existencia. El viaje hacia el hijo les llevará a ambos a otro viaje personal en el que cada uno saldará sus propias cuentas con la vida.
Pero cuidado, Emma está leyendo Madame Bovary con verdadero deleite, y se siente tan identificada con la heroína de Flaubert que a veces sus caminos se confunden pudiendo producirse consecuencias insospechadas.