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¿Cómo se financia la actividad científica en un país como Uruguay? ¿Qué pasa cuando se acepta dinero de gobiernos extranjeros y organizaciones internacionales para impulsar esas actividades? ¿Y qué sucede si se lo rechaza? ¿Qué opinaron los universitarios sobre esos temas en los años sesenta del siglo pasado? ¿Qué opciones tenían? ¿De quién aceptaron plata y para qué la usaron? ¿Se puede hacer ciencia en tiempos de radicalización política? ¿Qué tuvo que ver todo esto con la fundación del Frente Amplio?
Vania Markarian formula preguntas fundamentales, y en el intento de responderlas cobran vida los más famosos hombres de las ciencias y las letras de esa época, así como sus jóvenes discípulos, un puñado de editores, periodistas, gestores culturales, militantes, dirigentes políticos y algunos itinerantes funcionarios internacionales. Sus pasiones, convicciones, estrategias y contradicciones son parte de esta historia. Hasta la CIA aparece de modo algo tangencial en esa trama de intereses y quebrantos.
Lo fascinante es que de esos encuentros surgieron varias alternativas originales sobre qué debían hacer las instituciones del conocimiento. Lo inquietante es que no lograron llevar adelante casi nada de lo que planificaron, y debieron esperar muchos años para volver siquiera a mencionar esa posibilidad.
Todo eso ocurrió en Uruguay hace poco más de medio siglo, en tiempos de Guerra Fría, y de todo eso trata este libro.