El autor reunió en dos años más de 600 objetos etnográficos, 250 muestras botánicas, más de 3 mil fotografías etnográficas, así como importantes datos en lengua huasteca. Una simple mirada al contenido nos da una muestra de la profundidad del estudio: el autor no sólo observó e investigó la pervivencia de los principales ritos de esta cultura, sino que tomó parte en sus celebraciones. El estudio descubre a fondo una de las civilizaciones milenarias menos conocidas por no decir olvidadas de Mesoamérica. Dominique Michelet llamó a Stresser-Péan "un sabio en un mundo que ya casi no tiene más que científicos".