Estos ensayos reflexionan sobre la situación de vulnerabilidad que se hizo visible para los Estados Unidos después de los atentados del 11 de septiembre de 2001 y sobre las reacciones que ella generó. La respuesta del gobierno norteamericano fue la provocación de más muertes y violencia, pero podría haber sido otra. Como explica la autora de este libro, los hechos que dislocaron la aparente seguridad del Primer Mundo ofrecen, también, la oportunidad para imaginar un mundo en el que esa violencia pueda ser minimizada y en el que la interdependencia de las naciones pueda ser concebida como la base para una comunidad política global de otro orden.