"El ejército, cualquier ejército, es una suerte de sociedad para matar que, no obstante su propósito, sirve de cuna a los más nobles sentimientos de hermandad, quizás originados en la conciencia permanente de peligro o, dicho de otro modo, en la certeza de lo precaria que es la vida del guerrero".
"¡Vuelvan caras, carajo! es una biografía encubierta de Juan José Rondón, el héroe llanero de las guerras de independencia, un libro de aventuras que sigue el curso de las batallas desde la reunión del ejército libertador en los llanos venezolanos, su remontada de los Andes por Pisba, las batallas del Pantano de Vargas y Boyacá y luego toda la campaña venezolana.
"Desde su primera novela, Rafael Baena tuvo voluntad de estilo; traía consigo la disciplina física de quien escribe, lo que da el periodismo, y a eso le añadió ese cuidado con la precisión, ese sentido del detalle, esa intuición para ajustar el ritmo y capturar al lector. "La única ética del escritor es escribir bien", dijo, y siempre lo cumplió a rajatabla, con rigor y con arte, en todos sus libros.
"Al preguntársele por qué Rondón, Baena dijo: "Porque, primero, era negro. Y casi nadie sabe eso. Encontré que Rondón nunca ascendió más allá de coronel. Y me pareció un tipo muy generoso. De alma. Venir a pelear a esta lejura de los Andes, distanciarse de su familia... El vórtice de la guerra se lo había llevado, pero él era un campesino que cada minuto lejos de su mujer y sus tres hijas lo torturaba horrores. Me pareció bastante humano"". Darío Jaramillo Agudelo
Sobre el autor y su obra se ha dicho:
"Rafael Baena nos cuenta la campaña libertadora sin aspavientos, con aire de quien sabe que en realidad no hay nada de lo cual podamos o debamos sentirnos orgullosos, excepto de la capacidad compartida por hombres y mujeres de todas las razas y condiciones de establecer vínculos duraderos de amistad y de afecto con otros seres humanos. Y con los caballos, por supuesto". Margarita Valencia
"A Baena le interesaba explicar el origen de las guerras actuales en las guerras viejas. Es decir: darle una forma literaria al monstruo que se ha arrastrado por varios siglos [...]. El aparato para atracar en ese flanco de la realidad es, por lo tanto, literario: metafórico, escénico, anafórico, hiperbólico, melancólico".J. D. Torres Duarte, El Espectador
"¡Vuelvan caras, carajo! [es] una novela histórica y ecuestre que dista mucho de ser un manual más de enumeración de acontecimientos y personajes, sino que le permite al lector dar un vistazo al pasado, a nuestro pasado, a través de un lenguaje sencillo y bien cuidado y un relato entretenido y emocionante".El Tiempo