Con humor y una escritura ágil, Ana Lucía Guerrero nos hace viajar por el México revolucionario entre refranes, matrimonios concertados y la ruptura de una familia que necesita perdonarse
Teresa, la abuela, creció aislada en un orfanato en medio de la Sierra Gorda queretana, y desde pequeña ha visto con vergüenza su facilidad para servir como médium a las almas en pena. A través de ellas recibe la ubicación de un tesoro escondido y una popularidad que atrae a los políticos delmomento para que les hable de su suerte. De sus hijos, uno se ordena como sacerdote, mientras otro se une a su primo para armar la Revolución y terminar envuelto en la Primera Guerra Mundial. Su hija Leonor se enamora de “el General”, quien la engatusa para tenerla siempre cerca como amante y marcarle un destino muy distinto al de sus sueños. Y será Alicia, la más pequeña, la de la vida más sencilla, quien hará sentir a Leonor la indulgencia que necesita para librarse de todas sus ataduras.