Este libro no me ha cambiado la vida, sino al revés, la vida me ha tenido que cambiar para poderlo escribir. Anduve por un abismo donde había momentos que miraba hacia el rompeolas. Tras esos días, pudieron brotar de mí poemas que eran trozos de mi alma. Las frases las he escrito con un nudo encogido dentro y mirando al cielo. Ahora decido que en la carretera de mi vida no voy a ceder el paso ante mis deseos. Estoy dispuesta a caminar contigo.