La verdad detrás de la exitosa serie "Medium", de TVN
En un vuelo desde Buenos Aires a Santiago, Sebastián Lía visualiza (imagina, ve) a una mujer parada a su lado. De pronto, sabe que está muerta, que sufrió por años de un cáncer de huesos, y que se llama Vilma. Algunos días después, camino a la casa de una amiga, tiene la certeza de que conocerá a la hija de esa mujer. Y entonces se convierte en el puente que comunicará, en una experiencia única y asombrosa, a esa hija viva con su madre muerta. Esa vivencia le permitió a Sebastián asumir una capacidad que se manifestaba, de distintas maneras, desde su infancia. Él, un argentino ateo, hijo de un industrial y de una sicoanalista, podía comunicarse con gente que había fallecido. Gente a la que jamás conoció en vida. Aceptar su don no ha sido fácil: el camino que recorre desde entonces lo ha llevado a buscar testigos y pruebas, y a plasmar su investigación en pequeños documentales que evidencian que hay vida después de la muerte. 'Si tuviera un papel a mano escribiría: un tipo de clase media descubre una capacidad sorprendente y decide repetirlo y grabarlo en video cuantas veces se pueda', anota Lía. Y lo hace para comunicar aquello sobre lo que ya no tiene dudas: No morimos.