Akula

Autor
Di Fidio, Pablo
Editorial
Penguin Random House Grupo Editorial España megustaescribir Lantia
ISBN
9788491128809
Idioma
Español
Publicado
2017
Formato
application/epub+zip
Marca de agua digital
0,00€

Una fábula mística que describe el extraordinario viaje del alma.

LOS CUADERNOS PÓSTUMOS DE ABRAHAM BARUK

Poco antes de morir, mi padre me confió nueve cuadernos escritos de su puño y letra con tinta de varios colores, principalmente violeta. Eran nueve partes de un libro titulado Akula, el libro que le había empujadoa la locura.

-Son las nueve llaves -me dijo-. Si aprendes a usarlas, podrás abrir con ellas las nueve puertas.

«Sí, claro, lo que tú digas? ¡Nunca los leeré!», este fue el pensamiento que cruzó mi mente, incendiándola, mientras clavaba mis ojos adolescentes en una esquina de la habitación.

Estaba furioso. No aceptaba el hecho de que mi padre se hubiese vuelto loco. Y lo que más me irritaba, hasta sacarme de quicio, era que me entregase esos dichosos cuadernos en su lecho de muerte, como si de un maravilloso tesoro se tratara.

Metí los cuadernos en un cajón y no los saqué de allí hasta veintiocho años después.

Solo ahora, que por fin los he leído, he comprendido lo que entonces no podía comprender. Mi padre no se había vuelto loco. Su aparente locura era, en realidad, la manifestación de un estado de conciencia que va más allá de la mente ordinaria. Era un estado de iluminación mística. Los «locos de Dios» viven en un mundo que es incomprensible para la mente humana, porque en ese mundo la mente humana hasido trascendida.

Y Akula es precisamente eso: una fábula mística que trasciende el tiempo y el espacio, un cuento imposible que describe el extraordinario viaje del alma.

Por lo que él mismo dice en la carta que me escribió al final del prólogo, está claro que mi padre sabía que su libro no sería publicado hasta muchos años después. Sin embargo, eso no parecía preocuparle en absoluto. Vivía en un estado de beatitud tan profunda que el ruido y la locura del mundo no le afectaban lo más mínimo.

Hoy, sus cuadernos ven por fin la luz. Y yo siento la alegría del reencuentro, sabiendo que mi padre me ha perdonado por mi incomprensiónde entonces, esa incomprensión y ese resentimiento que han tenido encerrada en un cajón, durante veintiocho años, la maravillosa historia de Akula.