Capitalismo sin complejo.
José Antonio Borges observa, describe y trata de explicar la timidez de las personas que viven bajo los preceptos del capitalismo para declararse como tales, a pesar de su afección al sistema. En contraposición, mira con atención la extroversión de los llamados socialistas o comunistas que proclaman los supuestos logros de su ideología. Aunque los hechos están ante nuestros ojos y el modelo capitalista liberal sigue vigente y fortalecido después de doscientos cincuenta años y el horror comunista de Rusia, China, Cuba y Venezuela afirma el fracaso de ese modelo.
A pesar del optimismo del autor sobre el triunfo del capitalismo, reclama a todos aquellos que deseen vivir bajo los preceptos de la Ilustración -libertad, tolerancia, igualdad, conocimiento e innovación- defender públicamente sus principios e incluso decir: «Yo soy capitalista». De lo contrario, estamos dejando el terreno abonado para que los populistas y los fundamentalistas siembren sus proclamas y calamidades.