Una vibrante narración, a veces trágica, a veces enternecedora, sobre una joven japonesa que estudia en California a principios de los años cuarenta.
Atrapada entre la pasión por la modernidad occidental de su padre, un profesor de Kioto, y el arraigado tradicionalismo de su madre, la joven Hiroko vive inmersa en profundas contradicciones desde su llegada a Estados Unidos, llegando a plantearse incluso regresar a su querido Japón natal.
Su malestar se agudiza aún más tras el ataque a Pearl Harbor: de la noche a la mañana toda la colonia japonesa se convierte en enemiga del país donde reside y sufre la hostilidad y los prejuicios de los norteamericanos. Solamente la cálida relación que Hiroko mantiene con Peter Jenkins, un profesor universitario, introduce un rayo de esperanza en su negro horizonte, pero ni siquiera el amor puede sustraerse a los efectos de la guerra.
Con incuestionable sensibilidad, la autora crea un conmovedor retrato de una familia dividida y unos personajes desgarrados por la injusticia humana, y presenta una perspicaz crítica de uno de los episodios más vergonzosos de la historia reciente de Estados Unidos.