Con el convencimiento crítico de que sólo desde el ámbito de la cultura argentina, en su historia, en su literatura, en las inflexiones de su lengua, puede empezar a comprenderse la significación profunda de la obra de Jorge Luis Borges, este ensayo analiza diversos aspectos de los once libros publicados por el escritor argentino entre 1923 y 1942. Se trata de la parte de su obra menos difundida y estudiada, debido a la voluntad inquebrantable de Borges de no reeditar sus tres primeros libros de ensayos, así como al incesante proceso de supresiones y modificaciones en su poesía. Este trabajo pretende complementar la imagen parcial y fragmentaria de la crítica que define a Borges exclusivamente como un escritor “cosmopolita”, sin nexos significativos con su propia realidad histórica y cultural que puedan rastrearse en sus textos. Por el contrario, aquí se postula que la reconocida “universalidad” del autor sólo fue posible a partir de sus múltiples relaciones con la cultura rioplatense. Desde una perspectiva que desea mostrar el proceso evolutivo de la literatura de Borges, Olea Franco afirma que la riqueza del escritor maduro tiene sus orígenes en este periodo, pues sin sus primeras experimentaciones literarias, no hubiera sido posible que Borges alcanzara ese estilo conciso y polisémico que tanto fascina al lector actual.