En El principio de la incompetencia Antonio J. Rodríguez reflexiona sobre los límites y la impunidad de los poderosos.
«La vida es extremadamente aburrida y yo estoy convirtiéndome en aquello que más odio.»
Aldo Attias está en la cresta de la ola: es joven, trabaja en el ambicioso proyecto de una multinacional farmacéutica que le comporta grandes beneficios económicos, tiene una novia hermosa y de buena familia, y las chicas no le faltan... hasta que un desafortunado incidente hará peligrar su lujoso modo de vida.