Coge tus vísceras. Rocíalas con ginebra. Échales sal. A eso sabe un haiku imposible.
Haikus Imposibles no es un libro de poesía, tampoco es una narración fantasiosa basada en hechos reales, sino más bien una aberración literaria, una patada en la boca, un exabrupto del corazón.
Una llamada al desorden.
Una invitación a trasnochar.
Un antimanual de autoyuda.