Cuarta entrega de la serie «Quinteto de la muerte».
La historia de una mujer valeinte, decidida y que luchará por su cuando, en su camino, se cruzará Eduardo.
Isabel creía que podía con todo hasta que, sorpresas de la vida, alguien tiene que ayudarla para salir adelante.
Isabel, una mujer tan bella como práctica, se ha hecho cargo de la empresa familiar después del fallecimiento de su padre. Es la responsable, además, de que todos cuantos la rodean se sientan seguros, y es a ella a quien acuden y en quien buscan refugio en tiempos de crisis. Eso es exactamente lo que ha hecho su hermana cuando, tras el accidente de su marido, ha dejado a su cuidado a un niño de menos de un año.
Isabel es capaz de enfrentarse y solucionar cualquier problema por difícil que sea, sin embargo, no sabe cómo tratar y atender a su pequeño sobrino.
Por fortuna, su vecino Eduardo, un hombre moreno, alto y guapo con el que a lo largo de los dos años que llevan viviendo uno frente al otro apenas ha cruzado dos palabras, sí sabe lo que hacer con un bebé... y le ofrece su ayuda.