La increíble vida de Aleksandr Alekhine, conocido como «el sádico del ajedrez», «más inmoral que Richard Wagner y que Jack el Destripador», consagrado por el zar, perseguido por Stalin, esbirro de Goebbels.
«Absorbente y descarnada. [...] Larrue extrae todo el jugo a la inverosímil vida de Alekhine.»
Andrés Seoane, La Lectura (El Mundo)
«Cuento los imperios que he visto derrumbarse a lo largo de mi vida. El imperio zarista, el imperio austrohúngaro, el imperio otomano y el imperio nazi. Queda el mío, mi imperio de sesenta y cuatro casillas.»
A sus cuarenta y siete años, el campeón del mundo de ajedrez Aleksandr Aleksándrovich Alekhine, ruso de nacimiento y nacionalizado francés, juega las partidas del mismo modo en que vive su vida: de victoria en victoria, de continente en continente.
Corre el mes de septiembre de 1939 cuando se embarca en Buenos Aires rumbo a Europa junto a su mujer y el jarrón de porcelana que no lo abandona desde que, siendo un adolescente, lo recibiera como trofeo de manos del zar Nicolás II. El hombre al que el compositor Harold Schonberg describió como «más inmoral que Richard Wagner y que Jack el Destripador» no tiene otra preocupación que la revancha que lleva doce años negando a su eterno rival, el cubano Capablanca. Sin embargo, en París le espera una carta llamándole a filas, mientras que el Reich le insta a unirse a su causa y crear una escuela de ajedrez para las futuras generaciones alemanas. En un momento en el que todo puede aún decidirse en el tablero, el genio del ajedrez toma una resolución que lo convertirá en rehén de los nuevos dueños de Europa y colaborador de Hans Frank y Joseph Goebbels. Poco a poco, las piezas de su propia jugada maestra —su esposa Grace y Spielmann, Rubinstein, Przepiórka: los grandes maestros judíos perseguidos, antaño sus mejores rivales— irán cayendo una tras otra.
La crítica ha dicho...
«Larrue dosifica la acción e ilumina algunas escenas que definen a un personaje derrotado en todo menos en el tablero».
César Coca, El Correo (Libro de la semana)
«Un libro muy bien escrito y desde la primera página a la última no te levantas de la silla».
Miguel Casasola (librería Lé), RTVE
«Un genio del ajedrez que provoca a la vez admiración y repugnancia [y que] Larrue glosa en su novela con un estilo vigoroso y gran dominio del oficio».
Leontxo García, El País
«Espléndida. [...] Un viaje laberíntico por la mente y la decadencia de un maestro imbatible».
Bel Carrasco, Zenda
«Estas páginas suponen la recuperación de la memoria de estos maestros que acabaron en circunstancias en ocasiones trágicas: [...] Alekhine asoma con todas sus iniquidades y vergüenzas, pero, a la vez, con sus méritos. [...] El retrato de una persona que, a lo largo de su vida, fue una buena pieza».
Javier Ors, La Razón
«La novela es un vibrante recorrido, casilla a casilla, por el final de la vida de un genio del tablero, marcada por su ambigüedad moral, los claroscuros de su personalidad y los acontecimientos de la Segunda Guerra Mundial».
Carlos Joric, La Vanguardia
«Esta novela biográfica tiene su principal virtud en separar ajedrez y vida sin separar ajedrez y moral, y en hablar de ajedrez sin jugar al ajedrez. [...] Larrue nos embauca con su narrativa».
Fernando Bonete, El Debate
«No fue un campeón cualquiera. Aquí se nos presenta, con buen pulso narrativo y mediante un argumento ameno y sencillo, cómo llegó a ser este jugador de conocido en su tiempo. [...] Una obra muy fluida y entretenida».
Toni Montesinos, La Razón