Un autor capaz de lo imposible.
A lo largo de nuestra vida, desde nuestra más tierna infancia hasta la vejez más prolongada, nos relacionamos con multitud de empresas. Esta relación es como una especie de tren con origen en el hospital en el que nacemos -realmente es la primera empresa con la que entramos en contacto- hasta su lugar de destino, que sería la funeraria/el cementerio -sí, ni en la muerte nos libramos de las empresas-, haciendo paradas en varias estaciones, como la escuela, la universidad, el trabajo por cuenta ajena, el negocio propio y la jubilación.
Será así queramos o no, la vida no nos concede otra alternativa. Por eso, si no podemos prescindir de las empresas, si forman parte de nuestro mundo y nuestra relación con ellas es inevitable, lo mejor será explicar en qué consisten. De una vez por todas.